Desde que vives conmigo, ya no duermo por las noches.
Tienes todo el día para pensar, tu solito, sin nadie que te moleste. Y luego cuando llego, cansado, me cuentas tus reflexiones y pensamientos, a veces (bastantes) no estoy de acuerdo contigo, otras tengo que darte toda la razón. Pero siempre siembras en mi la duda, siempre acabo dando vueltas en la cama, pensando en todo aquello que me has dicho. Y duermo apenas unas horas.
Maldita sea, ¿no puedes parar de pensar? Lo se, es tu condición.
Tendré que aprender a convivir contigo.
6 comentarios:
Y lo que te rondare morena, salvo que como ulises encontremos en los lavios de una diosa el humo del olvido, el humo del olvido. amigo salvatore
Piensas demasiado...
Jajajaja parece que hablas de mí... Yo siempre tengo una maraña de pensamientos rondándome por la cabecita... Y cuanto más pienso más me agobio, pero no puedo evitarlo, es mi condición... Ya me gustaría a mí no ser así. ;)
Paciencia!! jajajaja
besitos
estoy pensando
qué hermosa manera de morir..pensando. qué bella la vida si no nos olvidamos de pensar a todo gas... Hasta dejar de pensar es pensar... en las nubes.
Si al final me voy a Tokelau, será para pensar.
La mente, como el corazón, son imprevisibles, indomables. Aunque lo intentemos la batalla está perdida. Somos sus esclavos
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