
"No se extraña un país; se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañas si te mudas a diez cuadras. El que se siente patriota, el que piensa que pertenece a un país es un tarado mental, la patria es un invento.
Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos y eso sí se extraña."
Extraido de la película "Martín Hache"
A veces, no hace falta mudarse de país, para darse cuenta de lo que realmente se extraña cuando uno cambia de sitio.
Extraño mi ciudad, por los momentos vividos, extraño mi ciudad, porque estar en ella es estar con mi gente, con la gente que uno ha crecido, y que con el paso de los años, siguen estando ahí. Y porque seguirán estando allí.
Extraño, porque todas las canciones me transportan al mismo sitio, y con la misma gente.
Extraño porque cuando vuelvo las sensaciones que me invaden son indescriptibles.
Extraño porque ahora me doy cuenta de lo realmente feliz que he sido allí, a pesar de que no me he dado cuenta mientras lo vivía.
Extraño porque cuando me voy siempre estoy deseando volver.
Extraño porque compartir una cerveza, dar un paseo, ver una película, se convierten en momentos especiales, de los que me acuerdo durante toda la semana. Y que estoy deseando repetir.
Extraño porque es la primera vez en mi vida que me siento realmente sólo, y vuestra compañía cura ese mal.
Extraño porque ahora mismo estoy escuchando un disco de René Aubry y no puedo evitar echar mi alma a volar.
Extraño por la infinita complicidad que existe.
Extraño porque ver los conciertos de la mar de músicas, ir al puerto, ir a la playa, cenar en la esquinica, comer un kebab en el faro de navidad, hablar de los misterios de la vida, ir de cañas, echar unas risas a base de idas de olla, eso, todo eso, forma parte de mi vida. Una parte muy importante.
Extraño, porque no hay día que no piense en volver, aunque al final, siempre vuelvo, aunque sea por unos días. Y con eso tengo para tirar adelante toda la semana. Extraño por el bálsamo que supone.
Extraño, porque estoy pensando en comprarme un globo más grande, y no tener que tirar a nadie de él.
Extraño, porque miro hacia delante y allí estais todos vosotros.
Extraño porque cuando estoy allí se detiene el tiempo, y es el tiempo del goce y del disfrute, de la reflexión, del crecimiento.
Esta lista podría no acabarse nunca, pero prefiero parar.
Extraño mi ciudad milenaria, extraño a mis amigos del alma.
Os extraño.